"La naturaleza es el motor que empuja mi silla de ruedas... ¡Rodando, que es gerundio!"

¿Y si cría - o ha criado - el martinete en el estuario del Miño?

En los últimos años se han venido registrando en el estuario del Miño un buen número de observaciones de martinete común (Nycticorax nycticorax), una ardeida de hábitos nocturnos y escasa presencia en Galicia, limitada principalmente al paso prenupcial. Se trata de una garza de mediano tamaño - unos 60 centímetros - y contrastado plumaje que puede pasar fácilmente desapercibida entre las sombras. En la Península Ibérica se comporta como especie eminentemente estival, recibiendo ejemplares desde sus áreas de invernada en el África subsahariana, si bien el número de individuos que pasan los meses fríos en nuestro país ha ido en aumento en las últimas décadas, según informa la Sociedad Española de Ornitología en su página web.

Hay un solo reducto en Galicia que acoge la única colonia reproductora existente en la comunidad: las Areeiras de Sandiás, o lo que es lo mismo, lo poco que queda de la antigua laguna de Antela, en la comarca de A Limia (Ourense), desecada bajo el mandato de Franco en los años 60 del siglo pasado. Una población relicta que yo mismo tuve la oportunidad de visitar hace casi diez años de la mano de Diego Vieites, una de las personas que más horas ha dedicado a su seguimiento. 

Joven martinete observado cerca de la desembocadura del río Tamuxe, agosto de 2024. CEDIDA/Autor desconocido

Pero la frecuencia cada vez mayor en el número de registros documentados en el estuario del Miño ha empezado a levantar sospechas entre los pajareros que mejor conocemos la zona. Ya en 2022 un inusual avistamiento, fechado el 10 de febrero por este que escribe, evidenciaría el paso regular de un ave extraordinariamente difícil de detectar. Cita aquella muy temprana para una especie que acostumbra a dejarse ver, como pronto, a mediados del mes de marzo. Pero no sería la única... 

Mención especial merece lo sucedido durante la pasada temporada, cuando hasta en cuatro ocasiones entre los meses de abril y julio, pudimos constatar la presencia de muchos martinetes, juveniles y adultos, en la isla Morraceira das Varandas, lugar donde seguramente encuentran abundante alimento merced a los renacuajos, las ranas, los peces y los cangrejos americanos que allí viven. 

El 23 de abril se produjo el primero de estos registros, con tres animales delatados por su inconfundible voz y localizados a posteriori con la ayuda de prismáticos y la luz de la luna, que perfilaba su silueta. Los días 5 y 11 de mayo sendos martinetes fueron descubiertos exactamente en el mismo punto, en tanto que el 5 de julio el hallazgo de otro ejemplar más venía a corroborar la entrada o la permanencia constante de individuos en este tramo del río. Por si fuera poco, la imagen de un joven martinete fotografiado en el río Tamuxe durante la primera quincena de agosto apoyaría también la hipótesis de una más que probable reproducción en el estuario del Miño.

Imagen casi espectral de un martinete común fotografiado el 5 de mayo de 2024. EL NATURALISTA COJO

Si bien es cierto que no es nada extraordinario ver ejemplares inmaduros en paso primaveral, tampoco resultaría descabellado pensar - a tenor de las evidencias expuestas aquí - que una pareja decidiera instalar su nido en alguno de los grandes árboles de la referida isla o, mejor aún, sobre las densas masas de bosque autóctono que jalonan las aguas del río Tamuxe, perfectamente válidas para estas aves. 

El martinete es una especie de hábitos coloniales, cría en grandes y ruidosos grupos acompañado de otras garzas. Sin embargo, la formación de una nueva colonia a partir de una única pareja sería bastante más difícil de detectar. La falta de observaciones diurnas supone un inconveniente para acabar de encajar las piezas de este complejo puzzle, que quizá nunca se complete del todo hasta que por fin alguien consiga encontrar el emplazamiento de un nido o la prueba incontestable de los pollos moviéndose en sus proximidades.

Me he pasado muchas horas tras el vuelo de esta misteriosa criatura. La oscuridad de la noche me ha envuelto infinidad de veces buscando algún indicio de la discreta garza noiteira. Este año aún no he visto ninguna, pero es pronto para sacar conclusiones. De confirmarse finalmente ese hipotético primer registro de reproducción en nuestras marismas sería una magnífica noticia, un hito importante para Galicia y la conservación de su biodiversidad amenazada. Habrá que seguir investigando...

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