"La naturaleza es el motor que empuja mi silla de ruedas... ¡Rodando, que es gerundio!"

Dos años después, la carraca vuelve a hacer escala en el estuario del Miño

Dos años después de hacerse público el primer registro de carraca para el estuario del Miño, esta colorida ave ha vuelto a elegir nuestras marismas como lugar de parada y fonda en su largo viaje de migración postnupcial a tierras africanas.

Fue el 13 de agosto de 2021 cuando anunciamos a través de las redes sociales aquel histórico avistamiento... Un ejemplar inmaduro de carraca europea (Coriacias garrulus) había decidido tomarse un descanso en la isla morraceira das Varandas, lugar que reúne las condiciones necesarias en cuanto a hábitat y disponibilidad de alimento para albergar a esta especie.

Pero lo que pensaba que iba a ser cosa de unas pocas horas o varios días como mucho, se convirtió en más de dos semanas de observaciones y aprendizaje sobre una de las aves más vistosas de la Península Ibérica. Todo un acontecimiento en Galicia, donde apenas se conoce su presencia fuera de los meses migratorios.

El ejemplar fotografiado estos días en el estuario del Miño

La aparición de un segundo individuo también juvenil— cumplidos 11 días desde el primer hallazgo, supuso un aliciente más para continuar con las interminables jornadas de búsqueda y documentación. Finalmente, ambos animales desaparecieron sin dejar rastro...

Este verano la historia ha vuelto a repetirse, con 19 días de antelación respecto a la cita de 2021. El pasado día 26 (de julio) lograba fotografiar a otra joven carraca, exactamente en el mismo posadero de la misma isla, morraceira das Varandas...  ¿Qué tendrá, que tanto les gusta?

Allí permaneció, cazando insectos al vuelo y mostrándome el intenso azul de las plumas que ocultaba bajo sus alas, hasta el domingo 30, cuando parece que de alguna forma barruntó la llegada de 'Patricia', borrasca que trajo consigo abundantes precipitaciones.

Las alas, en su parte inferior, lucen unos espectaculares tonos azulados

No sabemos si fue esa la razón que motivó su marcha, pero tras cinco días de estancia en el estuario del Miño, continúa ahora su periplo hacia el sur de España. Tenía la esperanza la convicción más que la esperanza— de que aguantaría más tiempo, pero los ciclos naturales son impredecibles. 

El paso postnupcial vuelve a sorprenderme con otro destacado registro. El de la tercera carraca detectada en el estuario del Miño. Un dato que no deja de ser algo anecdótico, pero que podría convertirse en tónica habitual como respuesta a los cambios originados por el avance del calentamiento global en la redistribución de muchas especies de aves.

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