Debe de ser la segunda o tercera vez que consigo ver con claridad a este escurridizo mustélido. La primera en Galicia, en mi estuario del Miño. Una observación que compartí en este blog. Algo así no se ve todos los días... En aquella ocasión apareció fugazmente al borde de una pista, rápida como el rayo, como jugando al escondite conmigo. Asomaba su cabecita de entre las hierbas, observándome con infinita curiosidad. La misma que mostraba yo hacia ella... Con mucho esfuerzo y tratando de emular sus reflejos, logré hacerle varias fotografías.
El escenario de este nuevo avistamiento fue diferente, al menos en cuanto a localización geográfica. Ni más ni menos que a las puertas de Vitoria-Gasteiz, en los campos de cultivo que rodean la gran urbe alavesa. El hábitat muy similar, a grandes rasgos, a aquel primer e inolvidable encuentro. Sucedió –como casi siempre sucede– de una forma totalmente inesperada.
La comadreja observada a las puertas de su madriguera |
Rodaba entre plantaciones de girasol, cuando los agudos chillidos de un animal pusieron mis sentidos alerta. Sonido que identifiqué inicialmente con el canto de un pájaro... Ante la insistencia de los gritos, emprendí una minuciosa búsqueda. Para mi sorpresa, una enorme rata me miraba desde la boca de su madriguera, ubicada en el talud que delimitaba una de las parcelas. Me acerco para ver mejor, cuando el roedor sale despavorido, escalando rápidamente la pared de tierra. Hasta ahí, nada extraordinario...
Al cabo de unos minutos, percibo a simple vista como otra criatura observa desde el interior del agujero. Enfoco con mis prismáticos, y apenas me da tiempo a identificar una comadreja cuando retrocede, perdiéndose dentro de la guarida. No me lo podía creer... ¡Una comadreja! Sin pensarlo dos veces, me preparé para una posible nueva aparición de Satandera, nombre que recibe en Euskadi. Y efectivamente, no tardó en emerger la bellísima cazadora, lamentablemente con idéntico resultado. Apenas pude parpadear cuando ya se había esfumado.
La comadreja (Mustela nivalis) es un pequeño mustélido que apenas supera los 30 cm. de longitud. |
Pero si una de las mejores cualidades de la comadreja es la rapidez, mi mayor virtud es la paciencia. Algo me decía que su innata curiosidad la empujaría a salir de su escondite una vez más... Y no me equivocaba. A la tercera fue la vencida, cuando por fin logré captar las imágenes que acompañan a este relato. El valiente carnívoro tuvo la osadía de aventurarse en el exterior y regalarme un instante que nunca olvidaré.
¿Estaría huyendo la rata del acoso del pequeño depredador? ¿Acaso alertaba a sus crías de un ataque inminente? Eso explicaría los gritos desesperados del roedor, que se vio obligado a poner tierra de por medio para salvar su vida... Sea lo que fuere, me sentí afortunado de ser testigo aquella escena, de poder adentrarme por un momento en la vida de uno de los mamíferos más esquivos y amenazados de la Península Ibérica.
1 Comentarios
Geníal👏👏
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