En los últimos años viene siendo habitual la presencia de la espátula común (Platalea leucorodia) en este espacio natural transfronterizo. Si bien, el número de aves que nos visita suele ser reducido, no sobrepasando en ningún caso los 10 individuos. Pueden aparecer en cualquier época del año, siendo el invierno la más propicia para su observación.
Lo que ya no resulta tan frecuente es la insólita concentración que se dio en la tarde de ayer. No daba crédito a lo que estaba viendo. Hasta tal punto, que tuve que hacer el recuento varias veces. 19 espátulas se habían congregado frente a mi, probablemente la mayor agrupación de estas zancudas jamás registrada en el estuario del Miño.
Dediqué muchos minutos a su contemplación. Un verdadero regalo para la vista. Las aves, extraordinariamente gregarias, formaban un apretado conjunto. En un momento dado, tres de ellas decidieron separarse y hacer compañía a un bando de azulones, entre los que había algunas cercetas. Una apática avefría, la primera de la temporada, observaba despreocupada a sus vecinos...
Marchaban juntas las espátulas, en fila india o en paralelo, moviendo al unísono sus cabezas de lado a lado, vadeando sobre el limo del fondo hasta que el extremo de sus largos y sensibles picos detectaba el movimiento de algún pececillo o pequeño invertebrado.
Pude realizar varias fotos y vídeos antes de que la oscuridad de la noche lo cubriera todo. Aquí tenéis parte de ese material:
Buena parte del grupo de espátulas observado ayer. //Manu Sobrino |
Espátulas alimentánse. //Manu Sobrino "El Naturalista Cojo" |
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